Como educadora, como persona y como mujer me sigue sorprendiendo mucho nuestra “tendencia natural” a encasillar las cosas.
Sigo viendo, por ejemplo, como en las tiendas nos encontramos con escaparates divididos en rosa y azul, o incluso desde que un bebé está dentro de la tripita de su mami, y acudes a una tienda de ropa, de decoración, de accesorios, etc.
La tendencia natural es a dividir entre azul para niños y rosa para niñas, siendo complicado encontrar variedad en colores neutros que sirvan para los dos. Así pues, de esta y de otras muchas maneras “inconscientes” sin darnos cuenta, los niños están aprendiendo eso, que hay cosas para niños y cosas para niñas.
Hace poco en Educa estábamos trabajando con las prendas de vestir. El juego consistía en que cada uno elegía una prenda o accesorio que ponerse y teníamos que decir lo que era, para qué servía y en que estación del año lo usábamos. Pues bien, mi sorpresa llegó cuando uno de mis niños (chico) se puso una corona rosa que tenemos para celebrar los cumpleaños. Inmediatamente, una compi de su clase levantó la mano y le dijo que él no podía usarla por era rosa y solo era para niñas. ¡¡¡Imaginaros mi cara!!!
De ahí se me ocurrió empezar un debate y preguntarles qué cosas creían ellos que eran de niñas y qué cosas de niños, y os alucinaríais de los prejuicios y los estereotipos que niños tan pequeños tienen ya interiorizados como normales.
Por supuesto que ellos no tienen la culpa de tener esos pensamientos, ya que son muchos los elementos y factores que constantemente están influyendo en ellos, empezando por nosotros los adultos. Como digo siempre, los adultos que formamos parte de su vida somos su principal referente, y en muchas ocasiones utilizamos términos “poco adecuados” en su presencia para referirnos a las cosas o situaciones que nos rodean.
Por ejemplo, vamos a meter dentro de la “coctelera de la vida” otro factor, LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
Como decía al principio de post de mi BLOG, en el artículo “¡¡NO ME GUSTA EL FÚTBOL ... ME GUSTA EL BALLET!! (y viceversa) vivimos en la era de las nuevas tecnologías, pero no somos realmente conscientes del impacto que las mismas tienen en nosotros los adultos y por supuesto en los niños.
Los medios de comunicación son capaces de hacer que creamos en marcas, alimentos, medicamentos, establecimientos, bebidas, etc. y que pensemos que con ellos en nuestras vidas o sin ellos todo “va a ser mejor” y nos van a permitir “encajar bien en la sociedad”.
Esto es lo que los niños reciben continuamente, a través de la televisión, la radio, internet, las redes sociales, y como no, de su propio entorno, padres, abuelos, tíos, amigos del colegio o instituto. Están continuamente bombardeados con frases como “eso es de niños” o “eso es de niñas”, “¿por qué te gusta el rosa?”, etc.
Frases que lo único que les ocasiona es recibir una información distorsionada pero peligrosa, ya que si el niño que lo recibe se siente atacado en ese momento, no volverá a expresar sus gustos por el miedo a no encajar en la sociedad marcada.
¡¡A todo esto podemos añadirle más ingredientes!! Los juguetes, “muy bien” clasificados en juguetes de niños o de niñas, como por ejemplo los coches son de chicos y las muñecas de chicas, la estética personal, como por ejemplo: pintarse las uñas es de chicas, llevar el pelo largo es de chicas y corto de chicos, llevar legging y pendientes es de chicas.
También se refleja en frases, como “los niños no lloran, solo lloran las niñas”, “si lloras te pones feo o fea”, “las niñas son más pícaras y los niños más nobles entre ellos”, “eres el chico de la casa y tienes que cuidar y defender a tu hermanita”, “no juegues a eso porque es de chicos y pareces un marimacho”, “no juegues a eso porque es de chicas y pareces un mariquita”, y un largo etcétera.
Hemos de dejar de "encasillar" y de "catalogar" las cosas. Los niños han de percibir todo como algo normal y natural, han de crecer respetando los gustos de los demás pero también han de sentir que sus propios gustos y opiniones son respetadas.
Es necesario UN CAMBIO, y es deber de los adultos evitar que se hagan distinciones entre sexos, evitar que los niños crezcan sintiéndose superiores o inferiores por haber nacido niño o niña, evitar que los niños sientan que no van a poder acceder a determinados juegos, actividades, estudios, etc. simplemente por pertenecer a un género u otro. En definitiva, es deber del adulto hacer que los niños CREZCAN CON LOS MISMOS DERECHOS SIN HACER DISTINCIONES DE GÉNERO.